Perdonen si me siento como un tonto, pero cada vez que llegan las elecciones pienso que me están vendiendo una moto que no funciona. Hace pocos años un candidato y amigo a la alcaldía de Mataró me mintió, como supongo que mintió a mucha gente, prometiendo muchas cosas que al final no cumplió, ni cumplirá.

Me siento traicionado, y siento que este tipo de personas ha traicionado la confianza que podamos tener en cualquier político; y digo bien, en cualquier político, de izquierdas, de derechas o de centro.

Si Mataró sigue funcionando, si sigue avanzando pase lo que pase, es gracias a todos los ciudadanos que lo componen y que día a día se levantan para ir a trabajar, ganen o no ganen dinero, a estudiar, a soñar o a buscar la mejor manera de sacar un resquicio de esperanza para seguir adelante, cueste lo que cueste.

Por favor, dejen de engañarme; ni los vascos antes, ni los catalanes ahora, son mis enemigos. Mis enemigos son la desesperanza, los mentirosos, los ladrones y todos aquellos que minan con su desdén y su falta de escrúpulos el futuro de todos nosotros.

Señores políticos de Mataró, si de verdad quieren hacer algo por todos nosotros, dejen de soltar falsas promesas, cuentos imposibles de cumplir, de construir mesas de cuatro patas, cada una de diferente tamaño. Sean responsables ahora. Hagan pactos ahora que aún no se sabe quién va a ganar.

Firmen para que las palabras no se las lleve el viento. Formen alianzas, no para ganar las elecciones, sino para que este país gane de verdad. Pacten por la sanidad, la educación y la justicia.

Dejen de meter políticos o parásitos en el Ajuntament y engordarlo, porque son estos los que hacen que Mataró deje de funcionar.

Ayuden ahora y después para que nos sintamos orgullosos de pertenecer a esta gran ciudad, que es grande por sus gentes y no por sus políticos municipales.

 

Jordi Casabella