Este viernes día 13 entrevista de la joven talento con primer disco del grupo comandado por la joven Amanda.
osas de la vida que el sello Discmedi (Miguel Poveda, El Cabrero, Los Marimeños, Los Kiyos y un larguísmo y variado catálogo discográfico) se fijó en ella y esa relación ha fructificado en este primer disco que tenemos entre manos.
¿Qué encontramos en este disco? Flamenquito.
¿Qué es el flamenquito? Ay, es casi una palabra “comodín”, pero intentaremos definirla.
Corren los años 80 del siglo XX, tras una maravillosa etápa de grupos de rock andaluz y psicodelia andaluza emparentada con las raices flamencas surgen dos grupos tan famosos como opuestos: Pata Negra y Ketama (no dejen de leer todos los libros del mayor flamencólogo de estas estéticas: Luis Clemente). Pata Negra desaparece, y Ketama crece sin cesar hasta nuestros días, dando lugar a multitud de grupos nacidos al amparo de sus propuestas musicales (mezcolanza de salsa, pop, baladas y una suave porción de flamenco en forma de rumba y tangos). Esos herederos de Ketama pueden servirnos para definir el flamenquito: Maite ven de ca, El Arrebato, Niña Pastori, Andi y Lucas, etc y emparentado —pero al margen— El Barrio. Yo definiría el “flamenquito”, aparte de por estas características estéticas, por su manera de afrontar el arte, más lúdica que reflexiva, sin que ello sea ningún demérito, porque tan necesaria es “El Padrino” como “La Guerra de las Galaxias”, aunque pertenezcan a galaxias muy muy lejanas. Como el flamenco y el flamenquito, que es a donde nos trasladamos con este disco.
Amanda bebe de las formas y conceptos de Ñiña Pastori: Canciones pegadizas, rumbas, tanguillos y temática amorosa con la que poner banda sonora al romanticismo que, un buen día, sin saber cómo ni cuándo se despierta en el instituto. Esos suspiros, esos enamoramientos…
Es, pues, un disco que gustará mayoritariamente a un público joven, que se verá reflejado e identificado en las alegres canciones que nos hablan del amor y, claro, del desamor.
Lo primero que me llamó la atención al oir el disco fue su empaque musical. ¿El primer disco de una nueva artista con esta enjundia musical (siempre ceñida al género flamenquito ya descrito)? Pues sí. Y es que el bajo no tenía nada que envidiarle al jefe Carles Benavent. En eso que busco en los créditos quiénes eran los músicos -ciertamente picó mi curiosidad- del disco y me encuentro con… Carles Benavent, Chicuelo, Kitflus, Vicente Castro Parrita, José Gabriel Calderón y la producción de Eduardo Cortés. Los catalanes se habían puesto de acuerdo y aquí estaban, arropando este disco de debut.
Los amantes del flamenquito quedarán encantados por el disco. De forma especial – y no única- por la canción que lo abre titulada “Alguien más” y que nos guía, durante un recorrido de cuarenta minutos, por baladas y letras amorosas hasta las bulerías (el corte más flamenco del cd) que cierran el disco, tituladas “Quisiera”.